Jóvenes estudiantes, hoy termina para ustedes una semana en la que de manera sucinta han podido recorrer y entender el campus y el ethos que construye el nombre y la realidad de la Universidad del Tolima, y es nuestro deseo que todos puedan culminar el camino ahora emprendido; sólo que ese camino es complejo y más en un tiempo como en el que transcurrimos cuando el ser humano parece haberse olvidado de lo humano. Tiempo de vacíos y penurias, tiempo de indicadores y miseria, tiempos de máquinas y muerte, tiempo de desolación y engaño; pero ese tiempo atroz es el que hace de los sueños un imperativo y de la esperanza una posibilidad. A la universidad se puede llegar para ser un autómata más en la cadena de las superfluas rutas que conducen al abismo de una época desalmada, pero también se puede acceder desde los sueños que anuncian “es posible un mundo diferente”, un mundo en donde exista la posibilidad del equilibro, de la palabra y el abrazo, de la reconciliación con la madre tierra, de la justicia para los desprotegidos. Si somos capaces de ser sujetos que caminan hacia ese nuevo mundo, no habremos respirado en vano. Hoy la universidad pública colombiana, y por supuesto la Universidad del Tolima, es centro de atención, los jóvenes han desbordado el letargo de los días para enviar mensajes de trasformación, los cuerpos rompieron el silencio y las ideas fluyeron en las aulas y más allá de ellas; y en ese despertar los jóvenes, ustedes, nos ha permitido recurrir de nuevo a las posibilidades de los sueños. Por eso desde el Centro Cultural de la Universidad del Tolima queremos invitarlos a que no se queden en las limitaciones del aula de clases, a que desborden ese lugar común de que a la Universidad se viene sólo a estudiar, porque la universidad es más que currículos, exámenes y notas; la universidad es un epicentro de la existencia juvenil. Desde el Centro Cultural queremos invitar a los cuerpos a que dancen, actúen, a que las manos tallen, escriban, palpen; a que los ojos desdoblen su mirada y se acerquen al goce estético del arte, la pintura y la fotografía; a que los oídos se dispongan a las notas que entonan la belleza. Queremos ser cómplices del despertar de los sentidos y de la potencialización de las rutas de lo humano para evitar que muera en nosotros aquello que sobrevive de lo humano. Para ese tiempo atroz existe el arte, un arte que como dijera Pablo Picasso es “…peligroso, el arte no es casto; no están hechos para el arte los inocentes ignorantes. El arte que es casto no es arte.”, y es así porque por medio del arte se obtiene otra mirada de la existencia humana, esa que niegan hoy quienes intentan arrebatarle a la universidad pública la posibilidad de su existencia. Sólo resta decirles bienvenidos. Esperamos contar con su presencia en los diferentes espacios construidos para la expresión artística, no sólo como espectadores, sino como los forjadores de las políticas culturales de la Universidad del Tolima. No importa la línea de formación que hayan escogido, siempre será más integral un ser humano que sea capaz de poder entender el misterio que esconde una pintura, un verso, un arpegio, una escultura, un monólogo, un silencio; y entonces estará próximo a la libertad, porque como afirma Máximo Gorki: "Para un artista, la libertad es algo que resulta tan indispensable como el talento y la inteligencia" Nuevamente Bienvenidos.
